10 de Octubre de 2019 | De: Family to Family Network
Categorías: La educación y las escuelas
Cuando mi hijo empezó la escuela, el personal parecía que estaban realmente interesados en su bienestar. Sin embargo, pronto nos dimos cuenta que estaban acostumbrados a hacer las cosas a su manera.
Yo estaba involucrada en un grupo de padres donde aprendí mis derechos y como abogar por mi hijo. Así que cuando cuestioné las recomendaciones de la escuela, me sorprendió su reacción. Me hicieron sentir culpable de no hacer todo lo que ellos estaban pidiendo. Era muy difícil porque yo quería quererlos. No me gusta el conflicto. Pero más importante aún quería que mi hijo recibiera una educación pública, apropiada y gratuita (FAPE).
Las maestras de mi hijo eran magníficas, pero su entrenamiento no las había preparado para enseñar a estudiantes que estuvieran en el espectro autista. La administración estaba bien con el statu quo. Desanimaban a las maestras para que no pidieran entrenamientos o apoyo extra.
Lo que le funcionaba a la mayoría de los niños con discapacidades no le brindaba ni un poco de lo que FAPE establecía. Como madre tuve que presionar para revivir más entrenamiento especializado y apoyo en el salón.
Otro problema era que la escuela solo brindaba PPCD en un lugar segregado. Así que no solo mi hijo no estaba recibiendo una educación especializada de acurdo a sus necesidades, pero tampoco estaba siendo educado con sus compañeros.
No tenías ningún modelo de habla, conducta, o interacciones sociales. Y no estaba progresando. Con la ayuda de otros padres convencimos a la escuela para que permitiera que los niños típicos de kínder participaran en el programa de PPCD. Los niños típicos y los niños con discapacidades vieron grandes beneficios de este programa.
Pero aun así, mi hijo todavía no estaba teniendo el progreso adecuado.
Mi esposo y yo decidimos sacar a nuestro hijo de la escuela pública por medio día para que tomara un programa especializado en nuestro hogar. Ahora tenía lo mejor de dos mundos. Un programa inclusivo de kínder por medio día y un programa especializado de autismo en la otra mitad del día
Era caro, pero el empezó a tener progreso académico. Después de un año, ya teníamos suficiente información para convencer el distrito que esto era lo que mi hijo necesitaba recibir de FAPE. La inclusión y la educación especializada se volvieron parte de su IEP.
Al principio no le gustó a la administración que yo abogara tanto por mi hijo. Ahora estaban forzados a hacer las cosas de diferente manera. Sin embargo, a las maestras les gustaba mucho lo que estaba haciendo. Les ayude a que les dirán apoyo y entrenamiento adicional en el salón de clases. Ellas vieron la diferencia que había hecho en la educación de mi hijo. Y esa era la meta en la que todos estábamos trabajando.
Los padres tienen que abogar por sus hijos con discapacidades si quieren que ellos reciban FAPE. Puede ser que, al principio, el personal de la escuela no te quiera, pero una vez que vean el progreso de tu hijo, su actitud puede cambiar. ¿Quieres que la escuela de tu hijo te quiera o quieres que tu hijo obtenga lo que necesita? Yo creo que, si lo haces de la forma correcta, puedes obtener lo mejor de las dos cosas.
Aprende más acerca del derecho de tu hijo a una educación pública en este mismo sitio de internet.
Encontrar el ambiente escolar adecuado para nuestro hijo ha sido todo un reto. Estábamos muy contentos porque encontramos una escuela en línea adecuada para él.
Categorías: La educación y las escuelas
Ayuda a encauzar la educación de tu hijo cuando alguien no ve su potencial.
Categorías: Apoyo para la familia, La educación y las escuelas
La escuela no empieza ni termina cuando suena la campana. La experiencia del estudiante debe incluir el acceso y la participación en actividades patrocinadas por la escuela o relacionadas con ella. Estas actividades son tanto extraescolares como escolares.
Categorías: La educación y las escuelas