El agotamiento del cuidador y la petición de ayuda

Toma en cuenta lo siguiente: Nada de esto es un reflejo de mi hijo. Ser padre es difícil. El problema no es él.  

Entre coordinar las citas con los médicos, ocuparme de los materiales para la escuela, pensar en especialistas y la defensa de los derechos (esencialmente luchar por sus derechos) para conseguirle los recursos que necesita, todo eso me cansa. 

Y el siguiente paso lógico es pedir ayuda o encontrar formas de aligerar la carga. 

¿Y si pedir ayuda es diez veces más difícil que hacer las cosas? ¿Y si no es posible obtener ayuda? 

Por ejemplo, estamos intentando conseguir cuidados de enfermería para mi hijo, pero para conseguirlos tenemos que hacer muchas cosas. También tenemos que conseguir servicios de respiro, pero ¿de qué sirve si estamos agotados de tanto intentar conseguirlos? 

Aquí hay algo que aprender de todo esto. 

Una cosa que los padres tenemos que hacer es oponernos cuando la gente nos obliga a hacer cosas excesivas para conseguir recursos razonables para atender mejor a nuestros hijos. Deberíamos cuestionar estos procesos.

No se trata solo de un problema para los padres. Es un problema de discapacidad con el que las personas con discapacidades llevan lidiando desde siempre. La promesa es que hay ayuda allá afuera, pero para conseguirla tienes que pasar por mil millones de obstáculos para que alguien te prometa cosas y luego no las cumpla. 

“Ayuda” significa cosas distintas para las personas que la necesitan y para las personas que la brindan, y la brecha o diferencia entre ambas suele significar que la ayuda es inútil. 

El agotamiento y la frustración de los padres no siempre se deben a la falta de recursos. A menudo son el resultado de la cantidad de trabajo necesario para obtener ayuda. A pesar de todo, ¡seguimos adelante! 

Para obtener más información, visita la página web de Apoyo para la familia.