3 de Junio de 2022 | De: Leslie Curtis
Categorías: La educación y las escuelas
Estaría mintiendo si dijera que había imaginado a mi hijo graduarse de la preparatoria. En realidad, nunca pensé que pudiéramos llegar al final de su trayectoria escolar. Pero ahí está, ¡listo para graduarse!
Por muchas razones pensé que quizás no lograríamos llegar hasta el final de la ceremonia de graduación. Jac tiene autismo y por lo general no puede quedarse sentado por más de 20 minutos. La idea de estar sentado durante toda una ceremonia de graduación es difícil hasta para mí.
Debido al COVID-19, la graduación de este año se planeó al aire libre en un estadio del oeste de Texas, donde la temperatura alcanza regularmente los 100 grados. La ceremonia estaba programada para las 8 p.m., que es usualmente la hora de Jac para ponerse su pijama y ver la tele.
Mi esposo y yo fuimos al ensayo de la graduación en la mañana. Había 600 graduados. Iba a ser un evento muy largo. Afortunadamente, se decidió que Jac y uno de sus compañeros se quedaran con sus profesores. Los otros siete estudiantes con discapacidades fueron incluidos con los otros 600. Oré todo el día para que Jac pudiera lograrlo de alguna manera.
La ceremonia empezó y los graduados fueron desfilando. Jac y el otro estudiante estaban hasta el final, detrás de todos sus compañeros. La generación completa seguía de pie, esperando a estos últimos dos graduados.
Cuando se acercaron al frente, todos entendieron la situación. Estos dos jovencitos venían caminando con sus profesores. Todos en el estadio empezaron a aplaudir y aplaudir, excepto esta mamá. A esta mamá se le caían las lágrimas porque con cada aplauso pensaba en cada una de las personas que nos han ayudado a lo largo de nuestro camino con Jac. Cada maestro, paraprofesional, enfermera escolar, conductor de autobús escolar, director y terapeuta. Todos y cada uno de ellos desempeñaron un papel fundamental para que llegara este momento.
Jac, asombrosamente, permaneció sentado durante todos los discursos hasta que llegó el momento de la entrega de los diplomas. Su maestro le ayudó a subir al escenario. Jac hizo lo impensable. Entregó la tarjeta con su nombre, atravesó el escenario, saludó de mano al director y recibió su diploma.
¡Mi bebé, el que se suponía que no lo lograría, el que batalló para escribir su nombre por 16 años, caminó por ese escenario y se graduó! Nunca he estado más orgullosa de Jackson. Esta ceremonia fue mucho más que eso para nuestra familia. Fue una victoria. ¡Felicidades, Jackson, lo lograste!
Ahora que Jackson se graduó, estamos emocionados por dar el siguiente paso. Para obtener recursos para la vida después de la escuela, visita las páginas sobre la planeación para la transición.
Encontrar el ambiente escolar adecuado para nuestro hijo ha sido todo un reto. Estábamos muy contentos porque encontramos una escuela en línea adecuada para él.
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La escuela no empieza ni termina cuando suena la campana. La experiencia del estudiante debe incluir el acceso y la participación en actividades patrocinadas por la escuela o relacionadas con ella. Estas actividades son tanto extraescolares como escolares.
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