July 11, 2018 | De: Family to Family Network
Categorías: La educación y las escuelas
Cuando mi hijo Cameron tenía 4 años de edad y estaba en el programa preescolar para niños con discapacidades (PPCD) el tenia maestros maravillosos.
Pero faltaba algo. La escuela nos dijo que esa clase era la única opción para niños pequeños con discapacidades. Nadie me dijo que podíamos considerar una clase regular de preescolar o en un pre-kínder público con asistentes y apoyos adicionales para él.
En la junta del proceso de admision, revision y salida de la escuela mejor conocido como ARD discutimos algunas estrategias que se usan en niños con autismo http://texasprojectfirst.org/node/181. Hablamos del radio que existía entre estudiante por maestro. Nos dijeron que Cameron podía hacer algunas cosas en grupos pequeños de 4-8. Para otras cosas necesitaba ayuda de uno a uno.
¡Fue ahí cuando tuve una idea!
A medida que discutimos sus metas del programa de educación personalizada mejor conocido como IEP, le pregunte a su maestro cual era el radio que necesitaba para tener un avance. Esto me abrió los ojos. La maestra estuvo desacuerdo que para que Cameron tuviera un avance en sus metas, necesitaría apoyo de uno a uno todo el día.
Siempre tuve la visión de que cuando Cameron creciera formara parte de la comunidad y que siempre viviera con familia o amigos. Nunca pensé en que tuviera una vida segregada. No quería que terminara viviendo en un hospital estatal o en una casa con personas que no lo conocían. A los 4 años necesitaba apoyo constante. ¿Cómo lograríamos que la inclusión funcionara para él?
Conocí a otra mamá que tenía la misma visión para su hijo. Juntas convencimos a la escuela para que les permitiera asistir gratuitamente a los niños de preescolar a las clases con los niños de PPCD. No era lo ideal, pero era un buen comienzo.
Los niños con discapacidad tenían un buen lenguaje, conducta y un buen modelo de habilidades sociales. Los niños neurológicamente típicos aprendían empatía y como apoyar a sus compañeros. En ocasiones todos necesitamos un poco de ayuda de nuestros amigos.
Cameron siguió necesitando la ayuda de uno a uno durante toda la escuela. Esta ayuda le permitió ser incluido en clases regulares la mayor parte del día. Su trabajo era modificado, pero trabajaba lado a lado con sus compañeros típicos.
Las expectativas de aprendizaje y comportamiento eran mucho más altas en el salón regular. Los niños típicos lo invitaban a sus fiestas de cumpleaños y se sentaban con él durante el receso. Las relaciones que desarrollo en la primaria le ayudaron cuando pasó a la secundaria. Los estudiantes ya no comían con su clase si no con sus amigos.
Cameron se graduó con los amigos con los que había asistido a la escuela durante todos estos años. Estaba muy feliz. En realidad, ese día él no se graduó ni recibió su diploma. Él regresó para el programa de 18+ para seguir trabajando en sus metas de transición. Lo importante era que tuviera la experiencia de graduarse con sus compañeros típicos.
¿Quieres saber más de inclusión? Visite la página de Texas Project First, aquí aprenderá más sobre el tema.
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