22 de Diciembre de 2016 | De: Kelly Mastin
Categorías: Transición a la edad adulta
Muy a menudo, los padres de niños con discapacidad están renuentes a enseñarles a sus hijos ser independientes. Estos padres los mantienen innecesariamente cerca y supervisados para mantener el control en sus vidas.
Ellos no hacen esto para robarles su independencia o negarles su derecho a ser adultos. Simplemente quieren protegerlos. Usualmente, estos padres no creen que sus hijos pueden tomas decisiones o lograr metas.
Se es escucha a muchos de estos padres decir:
Permítanme sugerirles a estos padres a considerar un cambio en su forma de pensar.
Todos los padres deberían de darle a sus hijos el privilegio de vivir una vida más independiente, aun cuando los incomoda.
Recuerden que una persona jamás a va a crecer quedándose en sus zonas de confort. Es tiempo que algunos de nosotros nos hagamos a un lado y dejemos a nuestros hijos ser y hacer más. En muchas ocasiones somos nosotros los padres los que más bloqueamos el crecimiento de nuestros hijos.
¿Cómo nos hacemos a un lado y animamos a nuestros hijos a crecer y ser independientes para que vivan la vida que ellos escojan? Reemplaza las frases negativas con positivas:
Y lo más importante que tienes que aprender a preguntarte es, “¿Qué es lo que mi hijo necesita para que pueda hacer…?”
Tomate el tiempo de buscar lo que sea posible. Empieza por revisar
Recursos en este sitio web para la transición a la edad adulta.
Busca apoyos disponibles para ayudar a tus hijos a hacer más.
Y espera que tu hijo haga más. Sube tus expectativas. Ayuda a tu hijo a crecer todos los días. Pregúntale a tu hijo que quiere. Pregúntale si le gustaría manejar algún día, vivir con compañeros de cuarto, tener un trabajo, o casarse. Usa estas conversaciones para que ayudes a tu hijo a prepararlo y a empezar un plan para lograrlo.
Como padres también tenemos que entender que nadie vivimos vidas independientes. Vivimos vidas interdependientes. Tenemos gente que nos corta el cabello, que hace el jardín, que nos repara el auto o nos limpia la casa. Es muy posible que nuestros hijos lleguen a vivir una vida que valga la pena, siempre y cuando les ayudemos a encontrar gente que los apoye.
¡No detengamos a nuestros hijos por nuestros miedos!
Vamos a quitarnos de en medio, y ponernos a la altura de las circunstancias.
Vamos a encontrar maneras de que lleguen a ser tan independientes como son capaces.
La última vez que mi hijo estuvo en el hospital, era un hospital infantil. Pero hace poco, después de caerse de la cama y romperse una pierna, lo llevaron a un hospital de adultos y tuvieron que operarlo. Estoy eternamente agradecida con los médicos y enfermeras que lo atendieron en todo momento.
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