13 de Septiembre de 2018 | De: Sherry Santa
Categorías: Apoyo para la familia
Al paso de los años hemos sido muy afortunados de contar con asistentes y terapistas para mi hijo, los cuales son muy buenos. Pero tener todas estas personas entrando y saliendo de mi casa te hace sentir como si vivieras en una pecera.
Cuando mi esposo y yo tenemos un desacuerdo, alguien más nos puede escuchar. Cuando nuestros hijos quieren correr por la casa en pijamas o ir de un cuarto a otro para cambiarse siempre tienen que checar quien está ahí.
Algunas veces quiero ser floja y no lavar ropa ni trastes. Pero siempre hay alguien que no es parte de la familia el cual se puede dar cuenta que no estoy haciendo mis quehaceres.
A eso súmale todos los administradores de casos y enfermeras los cuales tienen que venir cada mes o cada tres meses. Se siente como que mi casa es un negocio, no un hogar.
Al principio estas cosas realmente me molestaban. Trataba constantemente de que mi casa estuviera impecable antes de que alguien llegara. Me disculpaba con los asistentes si había mucha ropa para lavar. Pero todo eso hacía sentirme como si mi vida estuviera todo el tiempo en un mostrador. Abierta para que cualquiera la juzgara en cualquier momento.
Tuve que hacer unos cambios en mi actuar y de la forma que me sentía en mi casa.
Ya no me disculpo si no lavo los platos. Tampoco me levanto temprano a limpiar la cocina y los baños antes de que llegue la visita. En lugar de eso, me he dado permiso de no ser tan dura conmigo misma.
He recuperado el sensación de que vivo en mi casa. Simplemente dejando ir cosas y recordándome que los asistentes están ahí para la seguridad y el bien estar de nuestro hijo. No están ahí para ver qué tan rápido lavo la ropa o los platos.
Los administradores de caso no están ahí para hacer una inspección de mi casa. Están ahí para asegurarse que los servicios le están funcionando a toda la familia.
Por el simple hecho de dejarnos disfrutar de nuestra casa como si nadie estuviera viendo, se empieza a sentir como un hogar otra vez.
Estar en contacto con otros padres es una excelente forma de compartir ideas y aprender.
Trabajar desde casa permite centrarse en las prioridades. Primero, soy cuidador y, segundo, soy todo lo demás.
Categorías: Apoyo para la familia
Incluso aunque haya pasado mucho tiempo, es importante que los cuidadores empiecen a cuidarse a sí mismos. Ponerme al corriente con mi atención médica y hacer cosas solo para mí me ha hecho sentirme más feliz y saludable.
Categorías: Apoyo para la familia
¿Quién fue el que dijo: “nada permanece, excepto el cambio”? Ojalá que esa persona pudiera decirnos cómo manejar los cambios a quienes no nos gustan los cambios, ni siquiera los que son buenos.
Categorías: Apoyo para la familia