En un momento en el tiempo

Nuestro hijo de 16 años de edad realmente ha comenzado a entrar en el espíritu navideño en los últimos años. Y como madre, eso siempre es emocionante.

Durante las vacaciones, fuimos a una cabaña en las montañas por 4 noches. Como de costumbre, empaqué muchas actividades para mantenerlo ocupado. O al menos para evitar que se volviera loco. Afortunadamente, habíamos elegido una cabaña con escaleras. Eso fue de gran ayuda porque después de subir y bajar todo el día, eventualmente se agotaba.

Intercambiamos actividades de mesa, caminatas al aire libre y música y/o video. También variamos tiempo entre padres y hermanos para darle un respiro a cada miembro de la familia. Lo cual, después de 16 años de lidiar con el autismo, es muy necesario.

Para este viaje, casualmente planifiqué un paseo en trineo. Nuestro hijo había estado obsesionado con la película “Santa Claus” y “El Expreso Polar” por años. Así que pensé que esto podría ser algo que disfrutaría.

¡Nueve veces de cada 10, esto terminaría en un desastre! Pero esta vez fue diferente. ¡Era perfecto! Mientras cargamos el trineo, él simplemente estaba asombrado. Sin gritos, sin protestas, sin berrinches, simplemente estaba feliz.

Le encantaron las luces del camino y disfrutó del sonido de las campanas en los caballos. Fue uno de esos momentos preciosos que quería conservar en mi memoria para siempre.

Estos momentos especiales son sencillamente muy raros. No puedo pensar en una mejor manera de celebrar los días festivos que con un paseo en trineo con mi duende favorito.

Hay muchas historias de familia, consejos e ideas para que leas y disfrutes en los artículos del blog de Avancemos Juntos Texas.