16 de Mayo de 2016 | De: Sherry Santa
Categorías: Diagnóstico y el cuidado de la salud, Apoyo para la familia
Cuando nos enteramos que iba a tener trillizos, no tenía idea de cómo le daría pecho a tres bebés a la vez. Pero realmente deseaba poder hacerlo. Mi madre y tres hermanas le habían dado pecho a sus bebés y yo sentía tristeza y añoraba poder algún día poder hacerlo, puesto que habíamos adoptado a mis tres primeros hijos. Esta era la primera vez que yo iba a dar a luz.
El parto dio inicio a las 22 semanas de mi embarazo y acabé en el hospital, por lo tanto darles pecho era lo último que yo tenía en mente. Yo solamente quería que mis bebés nacieran saludables. Sabía que si tan solo pudiera evitar que nacieran y que siguieran en mi vientre una semana más, ellos podrían sobrevivir. Cuando estaba en el hospital estaba muy atemorizada, pero un neonatólogo platicó conmigo y me explicó los grandes beneficios de la leche materna lo cual me dio esperanzas.
Sabía que la leche materna es muy buena para los bebés, pero resulta que para los bebés prematuros, es casi como darles medicina. Aprendí que las madres de bebés prematuros producen leche materna que contiene exactamente lo que sus pequeños necesitan. Contiene niveles más altos de proteína, ciertos minerales y tipos de grasa que son diferentes a la leche materna de otras madres. La grasa que contiene ayuda en el desarrollo del cerebro y sistema nervioso del bebé.
Además para los bebés prematuros, la leche maternal es más fácil de digerir y absorber que la fórmula, y contiene anticuerpos especiales que los ayuda a combatir las enfermedades e infecciones. El doctor me dijo que cuando nacieran mis bebés las podía ayudar a crecer y ser fuertes si podía bombear la leche y dárselas una vez que estuvieran listos para tomarla, un poco más grandes para amamantar ellas mismas. Así como también ayudar a que mis pechos continuaran produciendo leche hasta que ellas estuvieran listas.
El doctor sugirió que también usara la leche donada del banco local de leche materna. El banco recolecta, analiza y pasteuriza la leche que es generosamente donada por madres que producen leche extra. Esta leche se somete a prueba para asegurar que sea segura para los bebés. De esta manera, los bebés prematuros (o aquellos con necesidades especiales de salud) puedan beneficiarse al tomar leche materna que quizás sus madres no pueden producir o bombear. La leche donada solamente se puede recibir si el médico la receta y la mayor parte de ésta la reservan para bebés prematuros en los hospitales. Habla con tu doctor si piensas que tu bebé se puede beneficiar de recibir leche materna que ha sido donada.
Mis hijas nacieron por cesaría a las 31 semanas y 2 días de embarazo, poco más de 11 semanas después de internarme en el hospital. Al nacer se las llevaron de inmediato a la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (NICU por sus siglas en inglés) y yo me quedé sola, sintiéndome atemorizada y con dolor mientras mi marido las fue a ver. Sin embargo a mí no me permitieron verlas sino hasta 6 horas más tarde. Durante ese tiempo, lo único que yo podía hacer para cumplir con mi responsabilidad de madre fue bombear y sacarme la leche, lo cual me hizo empezar a tener una relación conflictiva de amor y odio con la bomba amarilla para sacarse la leche.
Durante ese periodo inicial en que las niñas estaban en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (NICU), lo único que yo podía controlar era sacarme la leche. No podía siquiera tocar a mis bebés sin recibir instrucciones especiales del personal médico. Yo me dediqué a sacarme la más leche posible, recolectando hasta la más pequeña cantidad de leche en botellitas bien marcadas, lo cual me hizo sentir que tenía algo de poder.
Conforme las bebés fueron creciendo, empezaron a requerir más leche de la que yo podía bombear. Las bebés empezaron a recibir leche una vez que hablé con el doctor y me proporcionó la receta médica para recibir leche donada del banco de leche local. Tenían 2 semanas de nacidas. Al principio se le hizo un poco raro a mi esposo que le diéramos leche de otra madre a nuestras hijas, pero una vez que las vio crecer y fortalecerse más cada día, cambió de parecer. Además se dio cuenta que suplementar mi leche con la leche donada, me quitaba algo de presión, ¡porque alimentar a tres bebés es mucho trabajo!
Les empecé a dar pecho en cuanto las pequeñas estuvieron suficientemente sanas y fuertes para poder prenderse del pezón y alimentarse. Yo había esperado este momento por mucho tiempo y realmente deseaba tener momentos íntimos con cada una de ellas y mi marido, mientras todos aprendíamos este proceso de alimentarlas. Yo le dije al personal de NICU mis deseos, pero invariablemente en cuanto iniciaba a darles pecho, la terapeuta se presentaba y nos interrumpía. Me rehusé a que se llevara a mi hija e insistí que nos dejaran solas un rato. Traté de darle pecho a cada una de ellas, pero los resultados fueron variados. Aún estaban demasiado pequeñas y se cansaban de estar en el pecho muy rápido. Aunque ese día no nos convertimos en expertas, disfrute cada instante de esos momentos preciados que pase con mis hijas y mi marido. Al día siguiente, cuando lo intentamos de nuevo una terapeuta en lactancia sostuvo mi pecho mientras que otra terapeuta del habla se encontraba detrás de mí. Al mismo tiempo una enfermera ayudaba a colocar a cada bebé debidamente para ayudarlas a que se prendieran del pezón.
Mientras las bebés estuvieron en NICU continuaron amamantando, más que nada para reconfortarse porque de hecho recibían suficiente leche de la que ya me había sacado y la donada del banco. Para mi cargarlas y darles amor, era una conexión emocional importante. Estoy segura que eso las ayudó a sanar de haber nacido prematuras. Les di la leche que me había sacado así como leche donada, y eventualmente sus estomaguitos estaban listos para tomar fórmula. Tanto yo como mi esposo estábamos maravillados con ver como crecían y orgullosos al ver los frutos de mi esfuerzo y dedicación.
Milagrosamente, dieron de alta a las tres pequeñas al mismo tiempo y pudieron irse a casa el mismo día, tenían poco más de un mes de edad. La más pequeña pesaba 2 libras 11 onzas al nacer, pero tenía buen apetito así que alcanzó a sus hermanas. Ahora que tiene 7 años de edad, es la más grande de las tres. Dejé de darles pecho y de sacarme la leche cuando ellas habían cumplido los 3 meses de edad. Llegar a la casa con las tres del NICU del hospital fue un sube y baja emocional como una montaña rusa, y decidimos que lo mejor para mi salud mental y el bien de toda la familia era empezar a alimentarlas con fórmula.
Decidir cómo alimentar a tu bebé es una decisión muy personal que debes tomar como madre. Yo aprendí mucho, estas son algunas de las cosas que aprendí con mis trillizas:
Espero que esta historia ayude a otras madres de niños con necesidades especiales de salud a descifrar lo que funciona o no para ellas. Y que sepan que hay maneras diferentes de darles leche materna a sus hijos.
National Milk Bank (Banco nacional de leche materna) sólo en inglés, tiene más información sobre los bancos de leche. Ellos envían leche a los hospitales alrededor del país.
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