¡La escuela no empieza ni termina cuando suena la campana!

Debe animarse a los estudiantes con y sin discapacidad a que participen en actividades extraescolares. Estas actividades proporcionan muchos beneficios a los alumnos, como: 

• explorar distintos temas de interés para encontrar lo que le gusta y lo que no le gusta al estudiante 
• relacionarse con personas con intereses similares
• mejorar las habilidades sociales: crear amistades, trabajar en equipo, tener paciencia, sentido de pertenencia 
• divertirse haciendo algo que le guste al estudiante

Para los estudiantes con discapacidades, lo anterior podría requerir análisis y planeación. No hay mejor lugar para hablar de la participación de un estudiante en actividades extraescolares que durante su reunión con el personal de Admisión, revisión y salida (ARD). Es posible que se necesiten ayudas y servicios complementarios (SAS) para la participación, y estos deben documentarse en los papeles de trámite para el Programa Educativo Individualizado (IEP). Una vez que se hayan documentado, deben proporcionarse al alumno. 

La ley sobre la educación de las personas con discapacidades (IDEA) define los SAS como “ayudas, servicios y otros apoyos que se proporcionan en las clases de educación normal, así como en otros entornos relacionados con la educación y en entornos extraescolares y no académicos, para permitir que un niño con discapacidad reciba al máximo posible la misma educación que los niños sin discapacidades”.  

Los siguientes son algunos ejemplos de SAS:

1. Grabar una canción para un estudiante que tenga dificultades para leer música, pero pueda memorizar la canción. Esto puede ser útil tanto para la enseñanza en clase como para un evento en un coro extraescolar.
2. Tener más de un adulto que patrocine la actividad o proporcionar personal de apoyo (paraprofesionales) cuando se necesite más apoyo de adultos para que un estudiante participe en la actividad.
3. Ayudar a un estudiante a transportar y preparar un instrumento para un concierto de orquesta. 
4. Proporcionar un autobús accesible si un estudiante usa silla de ruedas. 

Los SAS pueden y deben ser diferentes para cada niño. Por eso, no te preguntes: “¿Puede participar mi hijo?”. Mejor pregúntate: “¿Qué apoyos le permiten a mi hijo participar?”. Y luego, aplica esos apoyos según corresponda. 

Cuando analices lo que esté disponible, considera todas las opciones. No consideres solo las actividades que están pensadas para estudiantes con discapacidad. Si no estás seguro de lo que hay disponible, pide a la escuela que te facilite una lista de actividades. Podría sorprenderte la gran cantidad de opciones a las que tú y tu hijo pueden acceder, como:

• clubes, deportes y teatro
• coros, orquestas y bandas
• actividades de voluntariado, cívicas y de edición del periódico escolar
• fotografía, arte y mucho más

Encontrar la actividad que le guste a tu hijo podría llevar tiempo. ¡No hay que rendirse! Al final, merecerá la pena ver que tu hijo está muy feliz.