15 de Diciembre de 2020 | De: Family to Family Network
Categorías: Transición a la edad adulta
Hay muchas opciones que explorar cuando nuestros adultos jóvenes buscan trabajo. Tener un sueldo fijo es siempre una meta. Pero, ¿cómo pueden obtener las habilidades y la experiencia necesarias para conseguir un puesto remunerado? Las prácticas sin remuneración son una de varias opciones.
Los empleadores podrían no reconocer las habilidades y talentos de una persona con discapacidad. Por suerte, las prácticas no remuneradas les permiten a los adultos jóvenes demostrar sus habilidades y tantear el terreno. Gracias a ellas también obtienen experiencia y descubren qué tipo de trabajo disfrutan. Como practicantes, también ayudan a los empleadores a mantener bajos los costos laborales.
Mi hijo ha terminado un programa de educación continua y dos prácticas remuneradas, actividades que le ayudaron a darse cuenta de que le gusta trabajar en un ambiente de oficina. También aprendió nuevas habilidades y qué tipos de apoyos necesita para tener éxito. Descubrió que puede capturar datos, archivar documentos y organizar materiales.
Ahora está en busca de la próxima oportunidad laboral. Estamos conscientes de que necesita más experiencia para conseguir un puesto remunerado, pero está más que dispuesto a trabajar como practicante sin remuneración.
La primera compañía con la que hablamos tenía sus dudas. Nos dijeron: “No ofrecemos prácticas sin remuneración”. Pero también nos dijeron que lo iban a pensar. Como defensora de sus derechos, hablé del valor de las prácticas no remuneradas, tanto para el empleador como para el empleado. Les dejamos su currículo y todavía estamos esperando que lo llamen. Presiento que su respuesta final será: “No ofrecemos prácticas sin remuneración…”.
Como padre de un adulto joven que quiere trabajar, esto es frustrante para mí. Pero no por ello dejaré de ayudarle a buscar oportunidades. Recientemente, por ejemplo, visité una organización sin fines de lucro que cuenta con un programa para adultos jóvenes. ¡Y entonces se me ocurrió una idea! En lugar de asistir al programa como participante, podría hacerlo como practicante no remunerado. Podría ayudarles con las tareas de oficina mientras adquiría una valiosa experiencia. Están considerando la posibilidad. ¡Y esperamos que esta vez la respuesta sea que sí!
La tarea de abogar por nuestros hijos no termina con la educación secundaria. Muchas veces nos toca a nosotros ayudarles a encontrar un trabajo relevante. Es raro que estas oportunidades lleguen fácilmente. Nosotros debemos construir redes, identificar los recursos disponibles y ser optimistas.
Seguiremos buscando hasta que encuentre otro puesto como practicante, con paga o sin ella. O, mejor aún, ¡un trabajo duradero con sueldo!
Para ver información y recursos sobre empleos, visita la página Carreras profesionales para personas con discapacidades en nuestro sitio web.
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