29 de Marzo de 2016 | De: Kelli Zermeno
Categorías: Diagnóstico y el cuidado de la salud
Mi hija estaba en la cúspide de la buena salud. Una vibrante y energética niña de 9 años de edad, -demasiado enérgica a veces. No puedo decirte cuántas veces traté de tener una conversación con ella mientras daba marometas en la cocina. No podía quedarse quieta y con frecuencia comía mientras estaba de pie.
Soy una buena madre. Comemos sano, pero no soy obsesiva al respecto. Trato de hacer divertida la comida sana, convirtiendo comida chatarra favorita en alimentos saludables. Estamos en su mayoría libre de gluten, pero permito ocasionalmente la pizza o el sándwich de queso a la parrilla. Tomamos vitaminas, utilizamos aceites esenciales y evitamos la medicación innecesaria. Los amigos de mi hija me llaman la "mamá hippie."
Pero mis hijas y yo estamos luchando contra los trastornos invisibles. He aprendido a vivir con el mío. Sinceramente, solía pensar que era normal, que todo el mundo luchó con el agotamiento de la manera que lo hice. Yo era una madre joven, estudiante universitaria y empleada---tenía todos esos motivos para estar exhausta. He encontrado cosas que me ayudan. Tomo una serie de vitaminas y café, intento descansar suficiente durante la noche, rezar, intentar eliminar el desorden y eliminar el estrés innecesario de mi vida. Pero sigue allí. No conecté los puntos hasta que mis hijas empezaron a tener problemas
Y ahora, mis hijas están luchando con las mismas cosas, sólo que de mayor manera. No sé por qué. No sé del lado de la familia de su papá, pero ahora sé que la enfermedad de la tiroides y un sinfín de otros trastornos extraños e invisibles plagan a la familia de mi mamá.
Mi hija de catorce años ha estado aumentando de peso rápida y constantemente desde que era una niña pequeña. Ninguna dieta, ejercicio, plan alimenticio han detenido o revertido. He sido llamada mala madre, limitante, doctor tras doctor no han creído que hice todo lo posible por encontrar ayuda para mi pequeña hija. Y ahora, tengo una hija de catorce años que pesa 240 libras.
Después de mucha investigación, finalmente encontré un médico que discutiría y recetaría a mi hija una dosis baja de medicamento natural para la tiroides. Por primera vez en la historia de mi hija ha perdido 5 libras. ¡Es una pequeña victoria, pero voy a tomarla y celebrarla! Y tal vez, con esa luz de esperanza, hemos encontrado algo para ayudarla.
He aprendido a: escuchar esa voz interior que me dice: “Tú conoces a tu hijo mejor que nadie”. Si crees que hay algo que está pasando, es probable que así lo sea. Encuentra un médico para tu hijo que te escuche, respete tus opiniones y discuta tus preocupaciones. En la parte 2, aprenderás más sobre mi hija mayor que tiene una enfermedad auto-inmune, -- y cómo un diagnóstico todavía ofrece muy pocas respuestas al desorden.
Para obtener más información sobre las enfermedades o trastornos específicos, haz una búsqueda en la Lista de diagnóstico A-Z en este sitio web.
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