El equipo soñado

En mi familia somos muy dados a las celebraciones y las fiestas, y esta semana mi hijo Jac ha alcanzado un importante logro. Después de asistir a terapia de análisis conductual aplicado (ABA) 8 horas a la semana por siete años, ¡se graduó! 

Empezó a recibir terapia ABA en los primeros años de su adolescencia, que fue una época difícil. Su primer mes de terapia consistió en tirarse al suelo y gritar mientras el terapeuta conductual mantenía la puerta cerrada. No estaba nada feliz de estar ahí, y yo estaba segura de que eso del ABA era una mala idea. 

Conforme pasaban las semanas y nos ponían tareas, podía ver en qué nos estaba ayudando ligeramente la terapia ABA. Durante esos primeros años, nos familiarizamos mucho con todo el personal de la clínica. Pasamos mucho tiempo ahí.  Con el tiempo, Jac también se fue adaptando. Dejó de ser necesario que alguien sujetara la puerta para mantenerla cerrada. 

Empezamos a poder llevarlo a viajes cortos, a restaurantes por primera vez y a hacer compras rápidas en el supermercado. Hacer este tipo de mandados era una tortura en el pasado. Gracias a la terapia, de repente, ya no solo eran posibles, ¡sino que eran todo un éxito! 

Con el paso de los años, Jac se ha enfrentado a otros obstáculos. Tuvo que someterse a una operación de fusión vertebral de siete horas en un hospital a seis horas de distancia. Después de la cirugía, tuvo que permanecer inmóvil por varios días. Una vez más, el equipo terapéutico planificó con tiempo la situación. 

Le escribieron historias sociales y lo prepararon para lo que le esperaba durante la operación y la recuperación. También le enviaron una bolsa llena de regalos para que los abriera cada día que estuviera en el hospital. Además, le hicieron tarjetas personalizadas con sus caras y con chistes. ¿Qué equipo terapéutico conoces que haría un esfuerzo adicional para garantizar que tu hijo estuviera preparado para un acontecimiento y se sintiera cómodo en un entorno desconocido?

Cuando se acercaba el final de la terapia de Jac, decidimos hacer algunas sesiones en casa para ayudarle a aprender habilidades para ser más independiente. Esto fue útil porque adquirió habilidades para la vida diaria: ayuda con las tareas domésticas, se ocupa de su higiene y cada vez es un poco más independiente con algunas tareas cotidianas. Si te digo que este chico ha recorrido un largo camino, ¡me quedo corta!

Para celebrar la graduación de Jac, sus terapeutas organizaron una fiesta de baile. Hicieron una lista con las canciones favoritas de Jac de todos los tiempos, incluyendo Livin’ on a Prayer de Bon Jovi. Los hijos de los terapeutas cantaron imitando al artista y nos animaron a todos a cantar. Después, dimos la marcha de la graduación con la melodía Pomp and Circumstance. Fue en este momento que me empezaron a brotar las lágrimas. 

Estos pasillos eran los mismos que recorrimos por tantos años para llegar a las salas de tratamiento, y ahora estábamos dando el último recorrido. Esta graduación me pareció más monumental que su graduación escolar, simplemente porque estos queridos terapeutas han pasado por muchas cosas con nosotros y juntos hemos logrado tanto. ¡Gracias, SLB, por todo el amor y por ayudar a nuestro hijo Jac a despegar! 

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