11 de Junio de 2019 | De: Marty Barnes
Categorías: Diagnóstico y el cuidado de la salud
Cuando mi esposo y yo trajimos a nuestra hija Casey del Cuidado Intensivo Neonatal NICU, a nuestra casa no teníamos planeado ningún tipo de ayuda. Estábamos aterrorizados. Por suerte unas de las enfermeras del NICU nos buscó y nos ofreció ir a ayudarnos una o dos veces al mes para que mi esposo y yo pudiéramos ir a cenar o al cine. Era maravillosa. Por casi dos años esto es todo lo que conocimos del cuidado de salud en el hogar.
Después de que nuestra familia regreso a Texas, tuvimos que contratar una enfermera de día para que nos ayudara. Empezamos con un solo turno de 12 horas una vez a la semana. La primera enfermera era maravillosa. Amaba a Casey y estaba al pendiente de todo. Cuando regreso a la escuela para terminar su maestría tuvimos que cortar sus horas, estábamos devastados.
Al principio nuestras experiencias con los cuidados de salud en el hogar fueron magnificas, así que agregamos más turnos. Cuando Casey falleció en el 2016, teníamos más de 130 horas por semana que podíamos usar. Tristemente nunca las pudimos usar todas, pero lo intentamos.
Tuvimos varias enfermeras que estuvieron con nosotras por años. Otras estuvieron con nosotras por solo unos meses. La mayor parte del tiempo tuvimos enfermeras excelentes las cuales hicieron que nuestra vida fuera mucho más fácil. Realmente les importaba nuestra dulce niña. Sin embargo, cada vez que teníamos que reemplazar un turno, de día o noche, pasamos por un montón de enfermeras que fueron una verdadera pesadilla.
Siempre empezábamos con una cita para conocernos. De esta forma pude rechazar a muchas enfermeras aun antes de que les permitiera tocar a Casey. También hubo algunas que pasaron la primera entrevista y fueron pésimas. No entraré en detalles de cada historia, pero créanme, tengo muchas. Todos los que dependemos del cuidado de salud en el hogar tenemos muchas de estas historias.
Quiero señalar que mientras las historias de terror son de las que más se habla, hay muchas más enfermeras buenas cuidando de nuestros hijos que malas. Una buena enfermera para mi hija puede que sea una mala para el tuyo. No existe “una medida que sea para todos” Si escuchas historias como esta o tienes las tuyas propias y tienes miedo de tener una enfermera que ayude con tu hijo, te aseguro que hay muchas buenas allá afuera.
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